Serie de zines “A Luta Continua”, aprendizajes sobre la solidaridad global
A Luta Continua [”La Lucha Sigue”] es una serie de “zines” (o revistas autopublicadas) editada por James Kilgore y producida por Community Justice Exchange y los artistas visuales Vic Liu y billy dee. Esta serie explora la historia y complejidades de la solidaridad internacional para los activistas con base en los Estados Unidos.
El primer zine aborda la pregunta: ¿Qué es la solidaridad internacional?
El segundo zine explora la historia de una flotilla navegando de Sudáfrica a Palestina como una manera de interrogar la actual solidaridad global.
El tercer zine examina la solidaridad antimperialista como respuesta a la guerra encabeza da por los Estados Unidos en el sudeste asiático, particularmente en Vietnam.
Videoconversaciones sobre la Solidaridad Internacional
Con el lanzamiento de cada fanzine de la serie, James Kilgore, de Community Justice Exchange, ha presentado videoconversaciones sobre el material. Todas están disponibles en YouTube.
El primer video fue un seminario web virtual titulado "A Luta Continua: Conversaciones sobre la Construcción de la Solidaridad Internacional", con Nathaniel Moore (Freedom Archives), James Kilgore (Community Justice Exchange), Robert Saleem Holbrook (Abolitionist Law Center), Dawn Harrington (Consejo Nacional para Mujeres y Niñas Encarceladas y Excarceladas) y Toni Tulloch (Red Internacional de Mujeres Excarceladas).
El segundo video fue una entrevista con Leigh-Ann Naidoo, cuya historia y experiencias en la flotilla de la libertad de Sudáfrica a Palestina se presentan en el segundo fanzine.
Historia de la serie de zines “A Luta Continua”
Durante 27 años, fui fugitivo de las fuerzas policiales de los Estados Unidos. Esas fueron décadas de temor, soledad y a veces desesperación, pero también fueron momentos de gran aprendizaje, una oportunidad para construir relaciones con la familia y camaradas de todo el mundo. Viví 18 de esos años en Zimbabue y Sudáfrica, enseñando en escuelas y dando talleres de educación popular para sindicatos socialistas y organizaciones comunitarias radicales. También me convertí en la pareja de vida de alguien y en padre de dos hijos.
La solidaridad internacional era un componente clave del trabajo político de la región. En Zimbabue, el gobierno y la gente de clase trabajadora acogían a los activistas que huían de los horrores del apartheid del Estado vecino. Los sindicatos en Sudáfrica adoptaron el viejo lema del sindicato IWW [International Workers of the World, o “Trabajadores Industriales del Mundo”] de principios del siglo XX: «An injury to one is an injury to all», si tocan a uno, nos tocan a todos, como parte de su logo. Pusieron la solidaridad en acción, marchando por la liberación de Palestina, por la liberación de los pueblos de la República Democrática del Congo del autócrata Mobutu Sese Sekou y contra la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional. Cuando por fin me arrestaron en Sudáfrica en el 2002, la gente local no me trató como un “terrorista” fugitivo sino como un buen samaritano y un camarada.
23 años después, he sido encarcelado y puesto en libertad, y he trabajado en campañas locales y nacionales para destruir el sistema de encarcelamiento masivo. El trabajo ha tenido sus altos y bajos, siguiendo el ritmo de las movilizaciones de masas y la opinión pública. Pero en algún momento me di cuenta de que el enfoque de las políticas de lucha en contra del encarcelamiento masivo se volvía cada vez más estrecho. En la mayoría de los círculos por la reforma carcelaria radical, aún en los círculos abolicionistas, la gente habla bien poquito sobre cosas que suceden afuera de los Estados Unidos. No somos conscientes de la muerte masiva debido a la sobreexplotación que se da en las minas de cobalto congoleñas que nos traen los materiales para nuestros teléfonos celulares y tabletas. No nos preocupa mucho cuando las personas en Haití se ahogan a causa de grandes inundaciones y huracanes. Mientras deseamos que la gente sienta nuestro dolor, nosotros a menudo no reconocemos el sufrimiento de las demás personas. Gritamos consignas como “nada sobre nosotros sin nosotros”, pero muy frecuentemente solo nos enfocamos en nosotros mismos y no en nuestros camaradas o las demás personas que sufren en las celdas o campos de olivos del mundo, en donde los Estados Unidos están tirando bombas o brindando recursos a quienes llevan a cabo las campañas genocidas y de empobrecimiento. Además, hacemos demasiado poco para apoyar a nuestros propios prisioneros políticos aquí en los Estados Unidos que han pasado 30, 40 y hasta más años tras las rejas luchando por transformar la sociedad.
Todo esto me ha llevado a tomar un paso hacia atrás, para recordar lo que el lema “si tocan a uno, nos tocan a todos” nos exige a todos. Si vamos a seguir adelante como un movimiento radical o de cambio revolucionario, si de verdad vamos a avanzar por el camino de la abolición, necesitamos una perspectiva global, como lo que ha caracterizado a nuestros movimientos y a los movimientos globales en el pasado. La chispa de esta solidaridad internacional ha sido encendida por los esfuerzos de las personas activistas que exigen un alto al fuego y la liberación en Palestina. Pero no es suficiente. Necesitamos empujar hacia adelante con más velocidad. Necesitamos no solo imaginar un mundo sin prisiones, guerras ni sobreexplotación, sino también imaginar cómo construimos organizaciones que puedan lograr que eso suceda, y después ponernos a construir esas organizaciones.
Como parte de este esfuerzo, hemos creado estos zines para recordarnos la necesidad de la solidaridad internacional, para ayudarnos a refrescar nuestra memoria con la historia de la gente en los Estados Unidos y más allá que ha creado campañas y organizaciones comprometidas con unir las luchas por la libertad alrededor del mundo. La respuesta mundial ante el genocidio en Gaza, 2023-2024, nos brinda evidencia poderosa del potencial que contiene este espíritu internacionalista para revivir el tipo de consciencia global necesaria para confrontar al imperialismo militar y a la embestida de la catástrofe climática. Estudiar las campañas de solidaridad internacional del pasado nos brinda apoyo para poder determinar nuestra dirección futura.